domingo, 22 de diciembre de 2013

Semana 3/15. Progresa o revienta.

Hoy el título de este post lo hago parafraseando la película de "El Lute: camina o revienta" puesto que, como veréis a continuación, tiene mucho que ver.

Al final de cada semana de entrenamiento, Iván (mi entrenador) nos hace pasarle todo un informe de cómo ha ido la misma: entrenamiento, kilómetros, ritmos, sensaciones... En él, como se dice en los juicios americanos, hay que decir la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad. Sería ilógico engañarle a él y especialmente a mi mismo. Si estas dos primeras semanas todo ha ido bien y ha sido relativamente sencillo, él te apretará. Ya lo sé de las dos últimas maratones que he entrenado bajo sus órdenes. Quiere sacar todo nuestro potencial y lo aplaudo; yo también quiero que sea así. El "problema" está cuando ese apretón lo es con varias vueltas de tuerca como ha sido el caso.

Cuando llega el lunes por la noche, que es cuando nos lo envía, ya estás pensando: a ver con qué "cafrada" me sorprenderá esta semana. Y al recibirlo esta vez casi necesito un desfribilador y no ya por el entrenamiento en sí, sino por los ritmos que me había marcado. Habían bajado más que el euribor en los últimos años. Especialmente difíciles ví los entrenamientos del jueves y sábado, a los que en breve me referiré.

Cada uno tiene su manera de ser. A mi me encanta entrenar y entrenar duro. Ya había dicho en otro post que soy hiper competitivo. Pero cuando veo un entrenamiento que creo que no podré hacer, desde ese mismo momento mi cabeza empieza a darle vueltas y a llenarse de pensamientos de "no podré hacerlo, no podré hacerlo...". La psicología en este deporte, como en todos los ámbitos de la vida, es especialmente importante. Si a tu cabeza le envías mensajes de que no podrás hacer algo, el resultado creo que es obvio...Esto tiene una especial relevancia en el momento de la competición. Cuando se está corriendo una maratón, generalmente llega un momento en que el cuerpo se revela y te dice "hasta aquí": empiezan dolores de todo tipo y sólo con una gran fuerza mental se puede seguir y ya no digo lo que hace falta para continuar al ritmo que corresponde. En este aspecto tengo mucho que aprender.

Pues esto es lo que me ha pasado esta semana, principalmente el sábado: tenía un farleck de 18 km, entre los cuales había alternancia de ritmos durante 10 km, cada kilómetro: a 4.25' los rápidos y 4.45' los lentos. Para los que no estáis familiarizados con los términos de este deporte, "farleck" son simplemente cambios de ritmos rápido-lento y existen multitud de maneras de hacerlos. Eso con 5 km delante ya rápidos y 3 detrás por debajo de 5'. Estando en la tercera semana, esto "acojona". Así de claro. Suponía hacer un 10.000 en 45' dentro de un entrenamiento. Y además, ya había hecho un entrenamiento parecido para la maratón de Barcelona última, por cierto, con el mismo resultado que éste.

Lo que os decía: si estás toda la semana pensando negativamente el resultado no puede ser más que un fracaso absoluto. Estuve pensando dónde podría ir a correr que fuera especialmente plano, la hora a la que ir...al final opté por algo inusual: iría a la pista de atletismo de los institutos y daría vueltas hasta cubrir los 18 kms. No lo había hecho nunca, pero era plano. Así que allí me dirigí. Estaba abierto y no había nadie más que un señor limpiando. Empecé con mi calentamiento ligero y cuando llevaba 3 kms el señor que limpiaba me puso una cinta transversalmente en la pista para evitar que pasara puesto que venían a jugar a fútbol a los campos que existen en la zona interior de la pista. Qué suerte. Y qué manera de fomentar el deporte: para uno que la utiliza, se la cierran. No os cuento lo que me acordé de su familia. Mal empezábamos. Así que como había "plan B" por si estaba cerrada, me fui hacía un camino de tierra que lleva a Butsénit (un pueblo pequeño). Al llegar el km 5 tocaba empezar fuerte. Hace un poco de subida. Primer kilómetro a 4.31'. Tocaba el "lento", pero mi cabeza ya estaba bombardeada de pensamientos negativos que decían, "no lo aguantarás, no lo aguantarás". Antes de acabar el segundo kilómetro, paré. Unos segundos de reflexión, de intentar autoanimarme...giré 180 grados para ver si con un poco de bajada me iba mejor: segundo kilómetro a 4.49', tercero a 4.24' y vuelta a parar. Nada, esto no funciona. Además el farleck hay que hacerlo sin parar. Ya ví que no tenía sentido continuar así. Decidí que por mis coj...aprovecharía el entrenamiento y haría los 18 km: me lo tomaría como series, me iría hacia el río a ver si con gente que corría al alrededor me animaba y que fuera lo que Dios quisiera. Y así lo hice. Hice unas series más que correctas, parando cada dos kilómetros (el lento y el rápido). No es lo que correspondía, pero algo es algo. Eso sí, después el cabreo por no haber sido capaz de hacerlo me dura tiempo y los pensamientos de "nenaza" y "flojeras" también me vienen a la cabeza incesantemente.

Incluso me hice una foto en un momento de asqueo que refleja muy bien mis sentimientos.




Todo este rollo viene a colación por el título: para progresar, hay que sufrir. El entrenamiento que yo sigo te garantiza que progresarás, pero es duro. E insisto: yo quiero que sea duro. Eso sí, también requiere cuidarse, respetar los descansos, adaptarse a las circunstancias de cada día, comentar la verdad con el entrenador, y en definitiva tener sentido común, porque sino te puedes quedar por el camino lesionado, "reventar".

Luego viene el aspecto psicológico que os he comentado: tengo que trabajarlo y mejorar. Es uno de mis puntos más débiles y el que me ha impedido tener mejores marcas.

Y aunque ya os he avanzado parte, os resumo el entrenamiento general de la semana:

     Kilómetros: 79,3
     Sensaciones: Buenas

    Lunes: Como siempre, el habitual rodaje a ritmo medio. 13 km a 4.59' que compartí con Héctor, mi hermano.

     Martes: Subidas. Ya os comenté que las hago en una zona (desde el Paseo de Ronda al Castillo de Gardeny) con mucha pendiente. 8 subidas de 300 metros se hacen duras, pero cuando por la zona te encuentras con otros compañeros que hacen tu mismo entrenamiento, todo parece más sencillo. En este caso ví a un matrimonio majísimo (Fede e Inma) y a otro compañero del gimnasio que estaban en mi misma situación, así que todos a currar.

Dos cosas a resaltar: las subidas salieron a un ritmo bastante superior a la semana pasada -qué alegría- y luego pude observar que mis pulsaciones suben menos que hace meses, aunque la sensación de límite es la misma. Es decir, parece como si umbral anaeróbico hubiese bajado. No es que suela entrenar con pulsómetro, pero es un dato que estoy viendo en los entrenamientos en los que lo he utilizado. Tengo que seguir observando e informarme sobre si tiene o no algún motivo o relevancia.

     -Miércoles: Calentamiento en cinta, musculación de piernas y abdominales.

     -Jueves: Series. Esta vez llovía y tocó hacerlas en la cinta. Más arriba os he dicho que este entrenamiento era muy duro. Eran series largas (de 2000 m. en adelante) con ritmos entre 4.17' y 4.25'. También pensé que no podría hacerlas y de hecho, en la última tuve que hacer dos paradas de breves segundos porque mi cabeza también decía que ya no podía más. Yo creo que podía haberla hecho del tirón, pero...En cualquier caso, acabé satisfecho, porque fueron muchos kms en la cinta a ritmos más que aceptables que hace bien poco era impensables.

Tener a otro compañero en la cinta de al lado (Ernest) haciendo tu mismo entrenamiento ayuda a motivarse.

     -Viernes: Rodaje a ritmo lento. 14 kms. a media 5.20'.

     -Sábado: Ya os lo he explicado con detalle.

Ayer por la noche me desperté de dolor agudo en el pubis. Sigo con él. Hace un par de años tuve pubalgia y me tocó reposar días, entre otras cosas. Espero que no sea nada, porqué llevo muy, pero muy mal el tener que parar y estar lesionado.

Agradezco mucho a los que me habéis dicho que leéis este blog y os gusta. No tiene ninguna pretensión, pero siempre es agradable oirlo.

Veremos esta semana navideña cómo va. Aprovecho para desearos UNA FELIZ NAVIDAD. Ya os contaré.




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